En el dinámico mundo de la tecnología, las organizaciones han experimentado una transformación en la forma en que abordan la ciberseguridad. Tradicionalmente, el Director de Tecnología (CTO) ha sido el pilar en la gestión tecnológica de las empresas. Especialmente en regiones como Latinoamérica, el CTO ha llevado sobre sus hombros una amplia variedad de responsabilidades, desde solucionar problemas básicos de hardware y software hasta definir y ejecutar la estrategia tecnológica integral de la organización.
UN APOYO PARA EL CISO
Sin embargo, esta acumulación de roles ha presentado desafíos. Al ser el «juez y parte» en la gestión tecnológica, el CTO puede encontrarse en situaciones donde la ciberseguridad no es priorizada adecuadamente, dada la vastedad de sus responsabilidades. Aquí es donde emerge la figura del CISO (Oficial de Seguridad de la Información), el cual es un profesional que debe tener habilidades y capacidades que le ha dado su educación, experiencia y especialidad.
El CISO (Chief Information Security Officer) ha evolucionado para convertirse en un pilar fundamental en el ámbito tecnológico de las organizaciones, trabajando mano a mano con el CTO (Chief Technology Officer). Mientras que el CTO se centra en la implementación y gestión de soluciones tecnológicas para impulsar el crecimiento y la innovación, el CISO se asegura de que estas implementaciones se realicen de manera segura, protegiendo los activos de información de la empresa.
VISIÓN DEL CISO
El CISO debe ser un líder con una visión estratégica clara de la compañía, capaz de integrar la ciberseguridad en el núcleo de la planificación y operación empresarial. Aunque es beneficioso que tenga conocimientos técnicos, no es imprescindible que sea un experto en todos los aspectos. Si carece de ciertas habilidades técnicas, su capacidad para identificar, seleccionar y liderar equipos especializados, ya sea dentro o fuera de la empresa, es esencial. Su habilidad para colaborar y comunicar eficazmente los riesgos y soluciones a todos los niveles de la organización.
El CISO moderno debe poseer una visión amplia y futurista, con la habilidad de incorporar y adaptarse a nuevas tecnologías, como la Inteligencia Artificial, y nuevas tecnologías que están redefiniendo el tiempo actual.
El CISO debe poseer una habilidad que le permita anticiparse a las amenazas emergentes en el ciberespacio. Esta capacidad de previsión, combinada con una fuerte resiliencia, es esencial para adaptarse rápidamente a los desafíos.
CONSTRUYENDO UN EQUIPO ESPECIALIZADO EN CIBERSEGURIDAD
A diferencia del CTO, el CISO no solo se encarga de establecer políticas y procedimientos de seguridad, sino que también tiene la tarea de garantizar que se cumplan. Pero el CISO no trabaja solo. A medida que las organizaciones crecen y sus necesidades de seguridad se vuelven más complejas, el CISO va construyendo un equipo especializado para abordar diferentes áreas de la ciberseguridad:
- Analistas de Seguridad: Se encargan de monitorear y analizar la infraestructura y amenazas externas de la empresa en busca de posibles riesgos, y de responder a incidentes de seguridad.
- Pentesters: Su función es simular ataques cibernéticos para identificar vulnerabilidades en los sistemas antes de que los ciberdelincuentes puedan explotarlas. Debe tener malicia y entender conceptos como Red Team y Blue Team, para ofrecer los servicios de ethical hacking o Pentesting.
- Arquitectos en la Nube: Expertos en diseñar y asegurar infraestructuras en entornos cloud, garantizando que los datos y aplicaciones estén protegidos.
- Equipos de Desarrollo Seguro: Se encargan de garantizar que el software y las aplicaciones desarrolladas por la empresa sean seguros desde su concepción.
- Responsables del SGSI (Sistema de Gestión de Seguridad de la Información): Estos profesionales se encargan de implementar y mantener el SGSI, garantizando que la organización cumpla con las normativas y estándares de seguridad de la información como lo son la ISO 27001- 2022, la NIST entre otras.
Para empresas de gran tamaño o aquellas con necesidades de seguridad particularmente exigentes, contar con este tipo de equipo especializado es esencial. El CISO, con su visión estratégica, va construyendo y liderando este equipo, asegurando que cada miembro aporte desde su habilidad para fortalecer la postura de seguridad de la organización.
CONCLUSIÓN
El CISO se ha consolidado como la pieza clave en la estrategia de ciberseguridad de las empresas. Es esencial reconocer y adaptarse a su evolución constante para enfrentar eficazmente las amenazas del mundo digital. En conclusión, mientras que el CTO ha sido tradicionalmente el baluarte tecnológico de las organizaciones, el crecimiento exponencial de amenazas cibernéticas ha hecho imperativo el surgimiento y fortalecimiento del rol del CISO. En el complejo panorama actual, la especialización y la colaboración entre estos roles, son esenciales para garantizar una postura de seguridad robusta y resiliente.
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